El supino es una forma no personal del verbo latino, que conserva los casos acusativo, dativo y ablativo. Obtuvo este nombre (supinus en latín significa perezoso, indiferente) por su vaguedad o inutilidad ya que casi todas las oraciones construidas con él frecuentemente tienen otras formas de decirse, por ejemplo: discedo lecturus, discedo ad legendum, discedo ut legam, discedo lectum, de las cuales la última utiliza el supino y todas significan 'me retiro a leer'. El supino realmente es un infinitivo de fin, esto es, expresa la acción del verbo como fin u objeto.